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¿Cómo aprendieron a usar el metro las perras callejeras de Moscú?

  • Jacqueline Boyd (original en inglés traducido por
  • 11 nov 2018
  • 4 Min. de lectura

Para la mayoría de nosotras, transportarse es una tarea que hay que soportar. Ocupados, ruidosos y, a menudo, estrechos, los sistemas de transporte subterráneo del mundo son lugares que las humanas toleramos como una necesidad. Pero no parece ser así para las "perras del metro" de Moscú. Una serie de vagabundas han tomado el tren subterráneo de la ciudad, y notablemente, parecen saber a dónde van.

Imagen de Associated Prees – Daily Mail

De las 35000 perras callejeras de Moscú, se cree que unas 20 viajan regularmente en el sistema de trenes subterráneos de la ciudad. Estas perras parecen ser capaces de identificar qué trenes abordar y dónde bajar. Parece que pueden reconocer a las humanas que les darán una atención o una palmadita —y evitarán a las que no lo hacen. También muestran una capacidad impresionante para lidiar con el ruido y la actividad del ocupado sistema de metro, que a muchas perras les distraería y les causaría estrés. De hecho, a menudo se las puede encontrar descansando y durmiendo en carruajes llenos de gente.

Entonces, ¿cómo aprendieron este comportamiento las perras callejeras de Moscú? Bueno, las perras han evolucionado junto con las humanas durante varios miles de años. Durante ese tiempo, han desarrollado la capacidad de reconocer y responder a nuestras señales físicas y emocionales. Mientras que la mayoría de las animales tienen problemas para interpretar las señales sociales de otras especies, las perras son inusualmente adeptas a responder al comportamiento humano. Esta evidencia explica de alguna manera cómo las perros del área metropolitana de Moscú saben a quién acercarse y a quién evitar.

Estas habilidades sociales sugieren fuertemente un grado de evolución convergente entre perras y humanas. Esto ocurre cuando diferentes especies evolucionan rasgos similares mientras se adaptan a un entorno compartido. Por lo tanto, las habilidades de las perros del metro pueden incluso sugerir que han desarrollado mecanismos de afrontamiento similares a las de sus compañeras de viaje humanas.

Pero las perras callejeras de Moscú tienen una motivación aún mayor para aventurarse en el sistema de metro. Las perras aprenden a través de asociaciones positivas: esto constituye la base de los modernos métodos basados en recompensas que usamos para entrenar perras de trabajo y mascotas. Por ejemplo, podemos enseñarle a una perra a "sentarse" al mando recompensando ese comportamiento con golosinas. Estas estrategias de refuerzo positivo generan respuestas confiables y consistentes de nuestras compañeras caninas, además de salvaguardar su bienestar.

Parece probable que las perras del metro hayan aprendido a asociar el metro con el calor y la comida. Entonces las perras callejeras regresan, una y otra vez, como una mascota que repetidamente "adquiere" la cena en el mostrador de la cocina. Para las perras del metro, las recompensas de la comida y el refugio probablemente valgan el riesgo de experiencias negativas, como ser espantadas, heridas o algo peor: un pobre perro, llamado Malchik, fue apuñalado hasta morir en el metro, para consternación de muchas moscovitas.

De esta manera, las perras del metro podrían servir como un modelo interesante para entrenar canes, ya que nos muestran que las recompensas particularmente poderosas superarán las experiencias negativas incidentales.

Sin necesidad de mapas

Explicar cómo las perras del metro navegan en el sistema de transporte subterráneo es un poco más complicado. Dado que la nariz canina es sustancialmente más sensible que la nuestra, es claramente posible que elijan en qué estaciones desembarcar, en función del olor. Pero los estudios sugieren que los perros a menudo usan muchas señales sensoriales para encontrar su camino y no confían sólo en el olfato.

Así que, las perras del metro probablemente usan muchas indicaciones, como el olfato, la iluminación, el movimiento de los pasajeros y quizás incluso personas específicas para orientarse en el metro. Incluso se ha sugerido que las perras llegan a conocer las estaciones por su nombre, escuchando los anuncios en el altavoz. Sabemos que los perros pueden aprender palabras, por lo que esta es una posibilidad. Pero en este caso, no podemos estar seguros de si los perros realmente conocen los nombres de estaciones específicas o simplemente asocian algunas de ellas con alimentos.

El rompecabezas final es cómo las perras son capaces de cronometrar sus viajes. Esto es difícil, porque es difícil demostrar que las perras pueden comprender el concepto del tiempo: muchas dueñas de mascotas recibirán las mismas respuestas de bienvenida de sus perros, ya sea que hayan estado ausentes por un minuto o una hora. Estas observaciones sugieren que las perras pueden percibir el paso del tiempo de manera muy diferente a las humanas.

Aun así, muchas animales prosperan en la rutina, y las perras no son una excepción. Los eventos regulares en el metro de Moscú (la apertura y el cierre de tiendas, la hora punta y el cierre nocturno del sistema) podrían alentar a las perras en sus viajes. Es probable que las perras asocien estos sucesos rutinarios con experiencias positivas, como la emoción de una mascota al escuchar que el auto de su dueña llega al camino de entrada después de un día en el trabajo.

Las perras del metro de Moscú representan un ejemplo extremadamente interesante de la capacidad de las perras domésticas para adaptarse a un mundo construido por humanas, para humanas. Nos muestran que las perras han desarrollado la capacidad de leer comportamientos humanos y responder en consecuencia, y de integrarse en nuestras costumbres y prácticas diarias. Comprender cómo responden las perras al cambiante mundo humano puede ayudarnos a comprenderlas a ellas, y a nosotras mismas, mucho mejor.

Artículo original en inglés:

 
 
 
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