Los alimentos a base de plantas le deben su reciente éxito al Sur Global
Autora: Matilde Nuñez del Prado Alanes
Artículo original publicado en inglés por Sentient Media
Las y los jóvenes se han posicionado como líderes del creciente movimiento “plant-based” en los países occidentales. Pero, ¿qué pasa en el resto del mundo?
Investigaciones muestran que las dietas basadas en plantas han ganado popularidad durante la última década, particularmente en los países occidentales. En Estados Unidos, las ventas en dólares de alimentos de origen vegetal crecieron un 43% entre 2018 y 2020, casi dos veces y media más rápido que las ventas totales de alimentos durante el mismo período.
En el Reino Unido, el consumo de alimentos de origen vegetal casi se duplicó entre 2008 y 2019. La misma tendencia parece repetirse en toda Europa, donde casi la mitad de la población ha reducido significativamente su consumo de carne y el 30 % se identifica ahora como flexitariana, según una encuesta realizada en 2020 por Smart Protein Project.
Pero en el Sur Global las dietas basadas en plantas son más que una tendencia. Son parte esencial de la historia de la región y la base de tradiciones culinarias de larga data que están siendo redescubiertas por nuevas generaciones con visión de futuro.
Tradiciones basadas en plantas en el Sur Global
Los alimentos de origen vegetal deben gran parte de su reciente éxito al Sur Global. Pero muchas personas no tienen idea de dónde provienen estos alimentos o en qué culturas están arraigados.
El aumento global del consumo de carne, que continúa hoy a pesar de la nueva popularidad de los alimentos de origen vegetal, está históricamente relacionado con el colonialismo europeo y la influencia occidental en todo el mundo. En las Américas, la mayoría de los animales que se consumen hoy en día ni siquiera formaban parte de la dieta de la mayoría de las personas antes de 1492, y muchas culturas mantuvieron una dieta principalmente basada en plantas hasta que llegaron los europeos.
En África y Asia, los hábitos de la alimentación basada en plantas están indisolublemente ligados a la religión. El jainismo, una religión originaria de India, sigue una dieta estrictamente vegetariana. El hinduismo, el budismo y el sijismo, también de India, tienen facciones que practican el vegetarianismo. El vegetarianismo budista también se expandió hace mucho a lo largo del este de Asia. Muchos seguidores del taoísmo, que se originó en China, también son vegetarianos, y una buena parte de la población china, religiosa o no, evita comer carne, huevos y leche en días específicos del año.
Los miembros de la Iglesia Ortodoxa Copta, con sede en Egipto, practican el ayuno vegetariano entre 180 y 210 días al año. En Etiopía, según el último censo, alrededor del 43,5% de la población forma parte de la Iglesia Ortodoxa Etíope Tewahedo, una de las pocas iglesias africanas establecidas antes de la colonización europea de la región, que también dicta el ayuno vegetariano de sus miembros entre 180 y 250 días al año.
Un rico patrimonio culinario
Muchas de las tendencias gastronómicas más populares de Occidente provienen de antiguas tradiciones culinarias del Sur Global. La quinua se originó en los Andes de América del Sur hace más de 5.000 años. El grano era un alimento básico en la dieta de los incas y sigue siendo una importante fuente de alimento entre los pueblos quechua y aymara en la actualidad. De manera similar, el maní, que se extendió desde los Andes hasta Mesoamérica, se consumía ampliamente en toda la región mucho antes de que llegaran los europeos.
La espirulina, ahora reconocida como un "superalimento", fue anteriormente llamada tecuitlatl por los aztecas, quienes la recolectaban de la superficie del lago Texcoco. Preciadas variedades de hongos como las kallampas y el huitlacoche también han sido fuente de alimento para diversos pueblos del continente americano desde tiempos prehispánicos.
Las imitaciones de carne tampoco son un invento occidental. Aunque el seitán es una adición relativamente reciente a las dietas occidentales, su origen se remonta a China en el siglo VI, cuando el gluten de trigo se documentó por primera vez en una enciclopedia agrícola china. El tofu apareció por primera vez hace unos 2000 años, también en China, donde se extendió rápidamente a Indonesia, Japón, Corea, Vietnam, Singapur y Tailandia. El tempeh, otra proteína alternativa de moda, parece haberse originado en Java, ahora Indonesia, hace varios siglos.
La leche de origen vegetal también tiene raíces fuera del Norte Global. La gente ha estado bebiendo leche de coco, almendras y soja, por ejemplo, durante miles de años. En América Latina, una bebida conocida como horchata, hecha de variedad de nueces, semillas y granos, ganó popularidad mucho antes de que Oatly apareciera en los estantes de los supermercados.
Volviendo a sus raíces
A pesar de la profunda conexión cultural del Sur Global con los alimentos de origen vegetal, desde que llegaron los colonos europeos, los patrones de alimentación se han desplazado hacia dietas de estilo occidental con un alto contenido de alimentos procesados y productos de origen animal.
Esta tendencia se ha acelerado considerablemente en las últimas dos décadas. Desde 1998, el consumo de carne aumentó un 58% en todo el mundo, y los países en desarrollo de Asia, América Latina y el Caribe registraron el crecimiento más sustancial.
Pero las dietas basadas en plantas no han perdido su lugar en el Sur Global.
El consumo de carne ha aumentado considerablemente en los países en desarrollo, pero el consumo de carne per cápita sigue siendo más alto en los países desarrollados de Europa y América del Norte. Según un informe de 2021 encargado por Amigos de la Tierra, el consumo de carne en China sigue siendo menos de la mitad de los más de 100 kilogramos consumidos per cápita en países desarrollados como Estados Unidos y Australia.
Las dietas basadas en plantas se están volviendo más populares, particularmente entre las generaciones más jóvenes, en países como Vietnam, Indonesia, Nepal, Malasia, Palestina, Pakistán y Filipinas, entre otros países asiáticos. Lo mismo ocurre con países africanos como Nigeria, Kenia y Marruecos, solo por nombrar algunos. Los alimentos de origen vegetal también han experimentado un resurgimiento en países de América Latina y el Caribe como Ecuador, Colombia, Bolivia, Cuba, Jamaica e incluso en lugares conocidos por su alto consumo de carne y lácteos, como Argentina, Uruguay y Brasil.
Las nuevas generaciones también están tomando la rica historia culinaria del Sur Global como un importante instrumento de cambio. Los y las jóvenes de todo el mundo están demostrando que, con un poco de ingenio y mucha ayuda de sus comunidades, pueden adaptar recetas centenarias basadas en plantas para vivir de manera más sostenible.
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